China se alista para eliminar el anonimato en internet entre sus habitantes
Desde este domingo, las autoridades chinas podrán
acceder a la información de cualquier persona que haga algún comentario crítico
hacia el régimen en internet
China busca eliminar la difusión de mensajes y contenido crítico con el régimen a través de internet. (Foto: AP)
Cada
vez resulta más difícil opinar libremente en China,
donde la censura gubernamental sigue endureciéndose para eliminar cualquier
grieta que permita ser crítico con el régimen. Lo último, la prohibición del
anonimato en internet para
presionar al usuario a que se autocensure.
A
partir de mañana, "La Gran Cibermuralla", como popularmente se conoce
el brazo censor del Gobierno, podrá saber quién está detrás de cualquier
comentario que circule por el ya controlado internet chino,
donde los todos los usuarios tendrán que estar registrados con sus datos
personales reales.
Bajo el pretexto de frenar
la difusión de rumores, contenido pornográfico o "información
prohibida" –que no se especifica exactamente qué es, por lo que puede
englobar cualquier comentario crítico–, las autoridades dan un paso más en su
afán por tener el control sobre internet.
"Probablemente la
normativa tendrá un efecto espeluznante, haciendo que los internautas se
autocensuren por miedo a ser encarcelados por ejercer su derecho a la libertad
de expresión", alerta a la agencia Efe la investigadora de Chinese Human
Rights Defenders (CHRD), Frances Eve.
No
es la primera vez que las autoridades exigen a los usuarios que se registren
con sus nombres reales, pero la novedad es que ahora la responsabilidad recaerá
en los proveedores de los servicios si no se cumple la ley, lo que implicará un
mayor control sobre todas las publicaciones de los usuarios.
En la normativa, la
Administración del Ciberespacio de China (ACC)
recuerda que los ciudadanos no deben utilizar internet para
"perjudicar la seguridad y honor del Estado", "derribar el
sistema del socialismo" o "inventar o proliferar informaciones falsas
para alterar el orden económico y social".
"Mientras que las
autoridades ya han arrestado y encarcelado a activistas de derechos humanos por
sus palabras en la red, al extender la normativa están mandando señales a la
policía para que amplíe las operaciones policiales contra discursos menos
delicados", explica Eve.
Los usuarios, que ya
empiezan a estar acostumbrados a estas restricciones, reiteran sus críticas
ante el control gubernamental y confiesan que a partir de ahora no se atreverán
a compartir noticias o informaciones a través de la red.
"El control de la
libertad de expresión puede traer consecuencias muy malas. Tapar la boca de la
gente es peor que tapar el paso de un río", opina un usuario en Weibo, el
equivalente chino a Twitter.
"Yo me he retirado de
la mayoría de los grupos, excepto de uno de compañeros del colegio donde nadie
habla", bromea otro usuario chino.
La
investigadora de CHRD recuerda que, antes incluso de que entre en vigor la
nueva normativa, ya se han producido algunas detenciones, como la de Liu
Pengfei, administrador de un grupo de WeChat, la aplicación móvil más popular
del país, donde, al parecer, compartían información crítica sobre China.
Desde que a principios de
septiembre la Policía de Pekín registró su casa y lo arrestó, las autoridades
han rechazado proporcionar a la familia información sobre su paradero.
Los foros y plataformas de
discusión se habían convertido en un punto de intercambio de opiniones, donde
muchos solían recurrir a los seudónimos para burlar la censura ante el
endurecimiento del control desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping,
en 2013.
Precisamente, las nuevas
restricciones llegan días antes de la celebración del XIX Congreso del Partido
Comunista, que comenzará el próximo 18 de octubre y en el que se esperan
cambios en la cúpula del régimen.
Como ya ha ocurrido en
otras ocasiones, ante situaciones sensibles, el Gobierno opta por endurecer su
aparato censor, que bloquea todo aquello que considera perjudicial o contrario
a las directrices oficiales.
Por ejemplo, en los últimos
días, los usuarios de WhatsApp, que encripta sus mensajes y dificulta que éstos
puedan ser monitorizados por terceros, están sufriendo continuos bloqueos del
servicio.
Cada vez son más son los
usuarios que recurren a los servidores VPN para poder sortear la censura
oficial y acceder a páginas y aplicaciones bloqueadas por Pekín, como Google,
Twitter, Facebook, YouTube o Instagram.
Pero estos servicios de
navegación anónima también podrían tener los días contados, ya que las
autoridades chinas han declarado la guerra contra estas "conexiones no
autorizadas", con las que quiere acabar a principios de 2018.
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